Recomendaciones para pasar unas fiestas seguras

Estamos en los últimos días del año, fecha donde están las despedidas, reuniones, y las fiestas como Navidad y Año Nuevo. En diciembre, aumentan los siniestros a diferencia del resto del año, por lo que CESVI Argentina y CITROËN dan a conocer algunas recomendaciones para tener una fiestas felices y seguras.

El último mes del año se caracteriza por un aluvión de eventos, reuniones y brindis de todo tipo. A esto se le suele sumar el cansancio de todo el año y varios focos de estrés más como pueden ser las reuniones familiares, la preparación para las vacaciones o la presión por terminar todo lo que quedó pendiente. Por todos estos factores, se debe extremar la precaución a la hora de circular en la vía pública, ya que en diciembre se producen un 20% más de siniestros de tránsito que en el resto del año.

Según estadísticas y encuestas de CESVI Argentina, el 23% de los siniestros son producto de distracciones, muchas de ellas generadas como consecuencia del cansancio y el estrés. El 34% de las personas encuestadas reconoce que en diciembre maneja mucho más estresado que el resto del año, mientras que otro 10% asegura haber vivido situaciones de riesgo producto del estrés, y un 23% más viaja estresado durante todo el año.

Ante este panorama, ¿cómo pasar unas fiestas en paz y comenzar el año nuevo de la mejor manera? Con mucho respeto por la seguridad vial, las normas, el cuidado por el otro, y cero alcohol a la hora de sentarse frente al volante.

Alcohol y conducción

El último mes del año es uno de los más riesgosos y uno de los factores que más suele influir es el aumento en el consumo de alcohol. Las estadísticas exponen el resultado de una combinación explosiva que se repite año tras año en esta época del año: alcohol y estrés.

El límite de alcohol en sangre permitido por la Ley Nacional de Tránsito es de 0,5 gramos por litro de sangre para los conductores particulares, 0,2 g/l para los motociclistas, y 0 g/l para los conductores de transportes públicos y de carga.
Mucha gente cree que como nuestra ley penaliza el consumo de alcohol a partir de los 0.5 g/l de sangre, sus efectos peligrosos se manifiestan a partir de ese valor. Aún en pequeñas dosis, las consecuencias primarias se localizan sobre la vista, disminuyendo la visión periférica, que resulta indispensable para conducir. También aumenta el tiempo de reacción. Este efecto se manifiesta con el primer vaso de vino o cerveza y en concentraciones de alcohol inferiores a la mencionada.
En concentraciones mayores a los 0,5 g/l, el principal efecto que sufre una persona es la limitación y alteración del estado psicofísico. Esto significa que el individuo se siente menos inhibido, no se reprime para conducir y no mide los riesgos.

Pensar en el otro

Planteemos un escenario en el que decidimos ser un conductor responsable que no ingiere alcohol y evita los picos de estrés. ¿Qué pasa con los otros conductores alcoholizados o peatones que se encuentran en el mismo estado? Hay que anticiparse a los riesgos advirtiendo por ejemplo cuando un vehículo circula sin luces, con dificultades para conservar una trayectoria o en actitudes sospechosas.

¿Qué hacer entonces? Ceder el paso, dejarlos ir y mantener una distancia prudencial al vehículo que antecede para conservar la ventaja en casos de maniobras bruscas.

En el caso de de encontrarse con peatones alcoholizados, la clave a tener en cuenta también es la anticipación, ya que éstos por lo general no miran al cruzar y sus conductas erráticas los pueden poner situaciones de riesgo. Incluso una maniobra para esquivarlos puede desembocar en una colisión.

Claves para contrarrestar los efectos del cansancio y el estrés para disfrutar de las fiestas:

  • Reducir a lo mínimo indispensable el manejo en esta época del año. En lo posible, usar el transporte público.
  • Intentar conducir fuera de las horas pico. Adelantar la salida por lo menos 30 minutos, lo que le permitirá conservar la paciencia.
  • Adecuar la velocidad a las circunstancias del camino, del flujo de tránsito.
  • Atender su estado emocional y no descargarse manejando.
  • Aumentar la distancia de seguridad para poder reaccionar con antelación y no contagiarse de la locura del resto del tránsito.
  • No consumir demasiado café, mate o bebidas estimulantes si debe que manejar, ya que pueden ser contraproducentes para la capacidad de respuesta.
  • Regular la temperatura del habitáculo para tener una conducción confortable. El calor agota, irrita y estresa.
  • Dormir 8 horas si al día siguiente debe conducir prolongadamente.
  • En viajes largos, aumentar los descansos programados: parar cada hora o cada 100 kilómetros.

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